Guía de Montaña: una profesión infravalorada

Cada día son más las personas que se adentran en el fascinante mundo de las montañas, siguiendo la inercia de la práctica del deporte y de la realización de actividades biosaludables.El contacto con la naturaleza, la sensación de libertad que transmiten las montañas en unos casos, y la diversión y la aventura en otros, son reclamos muy atractivos para la práctica de actividades en el medio montañoso.
Sin embargo, las actividades de montaña por su peculiaridad, necesitan de una formación básica así como de un nivel técnico y físico adecuado al objetivo que se persigue, con la diferencia, respecto de otras prácticas deportivas, de ser actividades que implican un riesgo que puede desencadenar situaciones no deseadas e incluso con el resultado muerte.
Cuando alguno de los elementos básicos a tener en cuenta para cada actividad se debilita o sencillamente no se tiene en cuenta, el riesgo de sufrir un accidente aumenta de forma considerable, hasta el punto que puede llegar a ser difícil de gestionar por personas no cualificadas.
Actualmente, asistimos a un escenario donde se ha perdido en gran medida el respeto a las montañas y lo que es peor, el respeto al medio hostil y a la pérdida de la valoración de nuestras capacidades.
Cuando vemos cómo los Guías de Montaña profesionales tienen que justificar o motivar su contratación, cuando cada vez existe un mayor intrusismo administrativamente consentido, cuando asistimos al desarrollo de actividades en las que no se respetan los elementos básicos de seguridad o cuando asistímos atónitos a un “mísero regateo” en el precio…estamos siendo testigos de una infravaloración de una profesión, tan digna como cualquier otra, y que desgraciadamente no cuenta con el reconocimiento que en otros países sí tiene.
Contratar a un Guía de Montaña para realizar un actividad no implica en absoluto una infravaloración de la actividad realizada, sino que implica una mayor garantía en la consecución de un objetivo y un plus de seguridad para el buen desarrollo de la actividad.
Ser Guía de Montaña no es fácil, ser Guía de Montaña implica mucho más que un simple guiado por montaña, un Guía de Montaña profesional es capaz de gestionar el riesgo, es capaz de prestar primeros auxilios, está formado en seguridad en montaña, conoce la zona en la que desarrolla su trabajo, conoce los protocolos de emergencias, se preocupa de sus clientes y su confort, y especialmente asesora sobre las posibilidades y capacidades de cada cliente mejorando su técnica con su enseñanza y experiencia o planificando el entrenamiento necesario para garantizar nuestro objetivo…es ni más ni menos que una persona, profesional de la montaña, que estará a nuestro lado para que disfrutemos al máximo de nuestra actividad garantizando al máximo nuestra seguridad.
Es cierto que no todo el mundo que se adentra en las montañas necesita de un Guía, pero resulta evidente que una gran mayoría de personas que se adentran a las montañas, por fáciles que parezcan, sí necesitan de los servicios de un Guía de Montaña, de tal modo, que cada persona debería reflexionar antes de salir a la montaña de la siguiente forma:
– ¿Estoy preparado física y técnicamente para alcanzar mi objetivo?
– ¿Seré capaz de renunciar a mi objetivo si fuese necesario?
– ¿Conozco los protocolos y soy capaz de gestionar un accidente en montaña?
– ¿Tengo la experiencia suficiente como para invitar a otras personas a realizar actividades en montaña?
– ¿Conozco los requisitos legales y las consecuencias judiciales en caso de accidente?
– ¿Llevo el material adecuado para la actividad que voy a realizar?
– ¿Conozco las condiciones actuales del terreno?
– ¿Dispongo de información fiable actualizada sobre la actividad que voy a realizar?
etc….
Ni que decir tiene que la figura del Guía de Montaña juega un gran papel en este ámbito, antes, durante y después de la actividad a realizar,de ahí que la tranquilidad de ir acompañados por un profesional que cuenta con una formación de calidad centrada en aspectos de seguridad en montaña, que sabe asesorarnos, que conoce nuestras limitaciones y nuestros puntos débiles, que nos ayudará y acompañará durante la actividad, que gestionara nuestro confort….es toda una garantía para poder disfrutar de una actividad en montaña y/o alcanzar un determinado objetivo.
Cuando estamos decididos a contar con un Guía de Montaña profesional, debemos solicitarle su credencial de Guía avalada por alguna de las diferentes asociaciones de Guías, las cuales certifican que cuentan con la titulación adecuada. Esta petición no le supone ningún inconveniente al Guía de Montaña, incluso nos agradecerán su petición, pues es una manera de garantizar a sus clientes su titulación y profesionalidad.
En muchas ocasiones, el Guía de Montaña acompaña a su cliente durante muchos años y en muchos lugares diferentes, compartiendo multitud de experiencias, hasta el punto de que a veces, se llegan a sentar las bases de una amistad que suele durar toda una vida…
Por todo ello, contratar a un Guía de Montaña, es sinónimo de valorar una profesión ejercida desde hace muchos años, la cual, ha contribuido a alcanzar innumerables sueños, para muchos inalcanzables sin su compañía, y para otros, aportandoles la seguridad necesaria para su realización…no lo dudes, si lo crees necesario…contrata un Guía de Montaña profesional, notarás la diferencia…

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