Bufo spinosus

Los sapos comunes de la península Ibérica (Bufo spinosus) se han considerado tradicionalmente como parte de la especie Bufo bufo, distribuida por gran parte de Eurasia. Sin embargo, la situación taxonómica de estas poblaciones se ha visto modificada recientemente.Como anfibio son un grupo de vertebrados que llama la atención, pues tienen una fase de vida acuática (periodo larval) en la que respiran a través de branquias, tras ésta en la mayoría de las especies tiene lugar una metamorfosis que da paso a la etapa adulta, menos dependiente del medio acuático y generalmente con predominio de la respiración pulmonar y cutánea. Es gracias a este ciclo de vida que reparte entre dos medios, y a su especial sensibilidad ante contaminantes que hace que sean considerados como buenos bioindicadores.
El Bufo spinosus es un sapo de aspecto robusto y tamaño grande. La cabeza es más larga que ancha, pequeña y con un hocico corto y bastante romo, con extremidades cortas y robustas.
Los machos son generalmente de menor tamaño que las hembras. Durante la época de celo, los machos desarrollan callosidades nupciales de color marrón oscuro en los tres dedos interiores de las manos.
Podemos encontrarlos en turberas de montaña, lagunas glaciares, embalses, ríos y arroyos en áreas abiertas, bosques de coníferas y caducifolios, zonas de matorral mediterráneo, estepas, ramblas mediterráneas y zonas de cultivos.
Se trata de una especie con actividad nocturna principalmente, si bien en ocasiones, cuando la humedad ambiental es elevada podemos encontrarlos también durante el día.
Su apareamiento se produce a principios de la primavera, por lo que entre finales de febrero y marzo no es raro encontrar algún que otro ejemplar realizando su tarea.
El sapo común se protege de sus potenciales enemigos de diferentes formas, una de ellas es segregando una toxina (liquido blanquecino) a través de las glándulas de la piel, por lo que si por algún motivo justificado coges uno, no viene mal lavarse las manos y nunca tocarse los ojos ni mucosas sin habérnos lavado antes las manos..
¡Ahhh y ojo con besarlos…aún no se ha demostrado de que se transformen en príncipe!

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